¿Mas líbranos del… Maligno?

«En esta petición del Padrenuestro, el Mal no es una abstracción, sino que designa a una persona, Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a Dios. El “diablo” (dia-bolos) es aquel que “se pone de través” en el designio de Dios y de su “obra de salvación” hecha realidad en Cristo» (Catecismo, núm. 2851). El enemigo más peligroso es lo que no se conoce, lo que se esconde y del que no tenemos protección. La mayor victoria del Maligno en nuestros días es haber logrado hacernos creer que no existe. De esta forma actúa como una quinta columna y nos coge desarmados y sin voluntad de presentar batalla.
Es necesario que nos equipemos por el combate. Confiando plenamente en la victoria de Cristo, que ha encadenado al guerrero valiente, poniendo nuestra esperanza en el poder de la gracia contenida en los sacramentos y sacramentales, con humildad y mansedumbre, acudiendo a la poderosa intercesión de María Santísima, escuchamos al primer Papa que nos dice: «¡Sed sobrios, velad! Su adversario, el diablo, rugiendo como un león, ronda buscando a quién devorar. Resístale firmes en la fe» (1 Pe 5, 8-9). Vuestro párroco