Brújula y hoja de ruta.
«Si alguien quiere venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y me acompañe. Quien quiera salvar su vida la perderá, pero quien la pierda por mí y por el Evangelio, la salvará».
Estas palabras deben quedar bien grabadas en nuestro corazón. El principio fundamental, lo que da el tono a nuestra vida cristiana es ante todo que queremos ir con Él. ¿Lo queremos? Sin ese anhelo bien vivo, el resto es paja y multiplicar actos sin sentido ni meta. Queremos ir con Él, queremos seguirle: ¿Cómo lo haremos? Niégate a ti mismo, toma tu cruz y acompáñalo. Lo de negarse uno mismo, bien nos lo explicaría St. Juan de la Cruz en sus obras (estudiarlas sería un buen propósito para este curso): negarse uno mismo para dejar espacio al Señor, negar todos aquellos deseos que nos esclavizan, todas las afecciones que ocupan el lugar divino, renunciar a querer beber de cisternas agrietadas cuando sólo nos podrá saciar la Fuente Viva de la gracia. Negarse a quedar preso de las cosas de este mundo para levantar el vuelo alto a las cosas del cielo. El crisol de la cruz lo hará. Abracémosla y acompañémoslo. En este camino seremos salvados.
Vuestro párroco