¿Cuál es tu fiebre?

«El Señor va a casa de Simón Pedro y Andrés, y encuentra enferma con fiebre a la suegra de Pedro; le da la mano y la levanta, y la mujer se cura y se pone a servir. En este episodio aparece simbólicamente toda la misión de Jesús. Jesús, viniendo del Padre, llega a casa de la humanidad, en nuestra tierra, y encuentra una humanidad enferma, enferma de fiebre, de la fiebre de las ideologías, las idolatrías, el olvido de Dios. El Señor nos da la mano, nos levanta y nos cura. Y lo hace en todos los siglos; nos agarra de la mano con su Palabra, y así disipa la niebla de las ideologías y de las idolatrías. Nos toma de la mano en los sacramentos, nos cura de la fiebre de nuestras pasiones y de nuestros pecados mediante la absolución en el sacramento de la Reconciliación. Nos da la capacidad de levantarnos, de estar de pie ante Dios y ante los hombres. Y precisamente, con ese contenido de la liturgia dominical, el Señor se encuentra con nosotros, nos toma de la mano, nos levanta y nos cura siempre de nuevo con el don de su Palabra, con el don de sí mismo» (Benedicto XVI, Homilía del 5 de Febrero de 2006).
Vuestro párroco

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