Benditos y malditos

Maldito el que se fía de una ayuda humana; bendito el que se fía de la ayuda del Señor (cf. Jr 17,5-10). Claro y sencillo. No hace falta glosa. Profundo y de poderosas connotaciones para nuestra vida. Cuántos disgustos nos hubiéramos ahorrado… Cuánta vida y cuántos auxilios habremos perdido. Recuerda estas palabras y graváalas a fuego.

Las escuchábamos el pasado jueves en la misa ferial. En el leccionario ferial del tiempo de cuaresma las lecturas del Evangelio y del Antiguo Testamento tienen relación mutua, se iluminan una a otra, y tratan diversos temas propios de la catequesis cuaresmal: una auténtica joya . Escuchadas y oradas en el ámbito litúrgico de la misa diaria, quedan revestidas de una fuerza imponente y nos hacen desear y esperar lo que por nosotros nos parece irrealizable. Maldito el que se fía de una ayuda humana; bendito el que se fía de la ayuda del Señor (cf. Jr 17,5-10). Fiados en la acción del Señor, dejémonos purificar por su látigo de cuerdas y confiamos en su celo que no abandona a sus hijos queridos.

Vuestro párroco