Casarse vale la pena
¿Se puede empezar una relación con “hasta que el amor dure”, “hasta que nos cansemos o aparezca alguien mejor”, iniciar una familia con la transitoriedad y la provisionalidad marcada de raíz? Ciertamente, no es el mejor comienzo. En el matrimonio uno decide, hace opción, de confiar totalmente en el otro, sin fisuras, mediante una comunicación viva, una vida compartida, con el anhelo de tener un solo corazón… En este camino se renuncia a tener miedo: miedo por el futuro, miedo a tener hijos, miedo a si no daré la talla… Con Cristo como Roca firme, ¿qué se podrá temer? Orando juntos, poniendo los planes del Señor por encima de los nuestros, ¿que nos hará temblar? Viviendo la sexualidad conforme el evangelio, anteponiendo al esposo/a por encima de los hijos, trabajo y todo lo que se presente, invirtiendo tiempo y dedicación en la familia como prioridad, amando la diferencia, perdonando y comprendiendo mucho… camino más bello! Construyendo un hogar en el que resplandezca el Evangelio, con su humildad, generosidad, alegría, libertad y misericordia… Qué regalo y don más inmenso. ¡Desde Montserrat, una oración intensa por todas las familias de nuestra parroquia! Vuestro párroco