La salvación no se encuentra en nadie más que en Jesucristo

Ésta constituye la predicación de San Pedro ante los Magistrados y notables del pueblo. La curación de un inválido avalan sus palabras. Brotan de un corazón totalmente conquistado por el Resucitado. Totalmente conquistado por el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Que las llama constantemente y las busca. Que no se cansa. Que las espera con deleite. Que busca su conversión y amistad. Y que por boca de la Iglesia parece que nos dice: “hoy me dirijo a ti, oveja perdida. Deja de buscar la salvación y la vida en otro sitio. Deja de huir. Ya no basta con tanta rebeldía. ¿Hasta cuándo tendrás que estar tan inaccesible y desacertada? ¿Hasta cuándo tan herida y sucia? Déjate curar. Déjate purificar. Déjate llevar. Confía en mí. Abre los ojos. Escucha mi voz. Sigue mis pasos. Sin duda, probarás lo mejor de lo mejor”.

        Vuestro párroco