¿Cómo saber si avanzamos en vez de retroceder?
Aquí algunos signos que podrían ser equívocos: por ejemplo, el grado de consuelo que encontramos en las prácticas de devoción, o por la satisfacción que podemos encontrar en el ejercicio de algunas obras de misericordia. Tampoco el sentir frialdad y aridez interior, o incluida repugnancia hacia el ejercicio de las obras de obligación y caridad… Qué tres signos nos darán indefectiblemente seguridad de que, si no estamos avanzando en el camino del bien, al menos no ¿estamos retrocediendo? 1ª. Conseguimos con toda suavidad y dulzura, romper nuestra voluntad cuando la caridad o la obligación lo requieren (abnegación). 2ª. Tenemos resignación a la voluntad divina y obediencia a llevar la cruz que nos corresponde (confianza y abandono). 3ª. Disponemos de un conocimiento justo de las desgracias, triunfos, alabanzas, humillaciones y amarguras de la vida, que nos mueve a mayor celo y constancia en el servicio del Señor (humildad) (Del libro “El arte de vivir” del P. Weiss ). ¿Qué opinas? Seamos pues abnegados y triunfará su voluntad, seamos humildes y resplandecerá su verdad, confiamos en el Buen Pastor y no nos faltará nada. Vuestro párroco